lunes, 22 de noviembre de 2010

Capítulo 7

-          ¿Quién? –preguntó Elena ansiosa de saber la respuesta.
-          Es una locura, no creo que nos salga bien esto, bueno, directamente no me sale nada bien en mi vida, así que es muy absurdo planear un plan que a priori se sabe que su resultado será…
-          ¡Ve al grano Amelia! Y no seas negativa, sabes que tienes todo mi apoyo en todo.

Amelia le agradeció todo su empeño por ayudarla, gracias a ese empeño conseguía lograr superar su día a día.
Se dirigió hasta la puerta del dormitorio de Aroa, se asomó al pasillo para comprobar que no había nadie que pudiese escuchar su plan. Estaba todo oscuro, la única luz que había era la que provenía del jardín que se filtraba por las ventanas del pasillo.
Oyó pasos que cada vez se oían más de cerca. Tragó aire y le empezó a latir el corazón cada vez más fuerte. Amelia intentó averiguar quienes eran, hasta que pasaron por uno de los ventanales que iluminaban sus rostros.
Soltó aire. Se trataba de Alicia y Daniel, no había peligro a la vista.

-          -¿Amelia? –preguntó Alicia, dudando si era ella.
-          ¡Sí! –exclamo ella.

Alicia fue hacía ella casi corriendo y la abrazó.

-          ¿Cómo estás? –le dijo soltándola, cogiéndole el rostro con las dos manos y mirándola fijamente.
-          Humillada, imbécil, cobarde, miedica y estafada –dijo ella y de golpe se puso a llorar de nuevo.

Elena hizo una mueca hacía Alicia. Ella no tendría por qué haber preguntado nada, por puro instinto te puedes hacer una idea de cómo podría estar una persona sabiendo lo anteriormente sucedido.

-          ¿Qué hacéis aquí? –dijo Amelia para cambiar de tema.
-          Los padres de Aroa me han pagado muy bien por tocar con mi banda esta noche en la fiesta –dijo Daniel.
-          Yo lo he acompañado, pero estoy deseando salir de aquí –miró a Aroa, dándose cuenta de que ella también estaba presente- Oh, lo siento. Tu fiesta es genial, de las mejores que se puedan encontrar. Excelente comida, decoración perfecta y sobre todo la mejor música –miró a  Daniel unos segundos y él le dedicó una sonrisa tímida dibujada en un rostro casi cubierto por su larga melena oscura- Pero tu sabes Aroa que no soporto a Eva, Amanda, Yaiza, Jessica y muchísima gente más.  Estoy aquí por él.
-          Lo sé… pero yo me llevo bien con ellas y ellas conmigo también.
-          No sé como las puedes soportar –añadió Elena- Amelia, di de una puñetera vez el plan, estoy ansiosa por saberlo.
-          Un momento. Aroa ¿Quieres formar parte del plan? Sé que tú eres una buena chica a comparación de toda la gente que sueles ir y aún no entiendo por qué vas con ellos. Desearía  que me ayudaras y que por una vez Eva no se saliese con la suya.
-          Yo… no sé qué hacer. No quiero tener malos rollos con esa gente, por qué es lo peor que te puede pasar, pueden llegar a ser muy retorcidos.
-          Me lo dirás a mí –opinó Amelia.

Mientras tanto, Alicia y Daniel observaban la escena con mucho detenimiento. Ellos dos también estaban en el grupo “no guays” y tenían intención de ayudar en lo que fuese por darles una buena patada al grupo rival.

-          Tú podrías ser como una infiltrada ¿no? –dijo Elena, sintiéndose como si estuviera en una buena película de acción planeando un plan.
-          ¡Gran idea! – Dijo Amelia- Os contaré en plan. ¿Qué es lo que más quiere Eva en el mundo?
-          ¿A sí misma? –dijo Alicia y soltó una risita.

Todos rieron con ella, incluso Aroa.

-          ¡Muy buena! – opinó Elena.
-          No, por ahí no van los tiros. A alguien que quiera más que a si misma, aunque parezca imposible.
-          ¿Quién? –preguntó Daniel.

Todos estaban esperando ansiosos la respuesta de Amelia, ella mostró una gran sonrisa de oreja a oreja un tanto maléfica.

-          Alexander.
-          ¿Quién es? –preguntaron todos a la vez, intrigados aún más.
-          Bufó e  hizo una mueca de desesperación.
-          ¡El chico que iba con ella en la fiesta! Esta tarde en mi casa, he escuchado toda una conversación de Eva, Yaiza y Amanda. Estaban hablando de un chico llamado Alexander, no tenía ni idea de quién era. Mi hermana lo conoció una noche en una discoteca. Hubo chispa entre ellos dos y desde esa noche piensa todos los días en él. Dijo que es el primer chico del que se ha enamorado de verdad, que haría todo lo posible por estar con él y que sería suyo. También escuché que esta noche iba a estar con él. Mi hermana está muy encaprichada en él ¿Qué sería lo peor que le pudiese pasar?

Todos lo pensaron unos instantes y luego formularon sus teorías.

-          ¿Que él no estuviese enamorado de ella? – preguntó Daniel.
-          Sí, pero no es eso exactamente a lo que quiero llegar.
-          ¿Que saliese con otra? –preguntó Aroa, integrándose en el plan.
-          Tampoco.
-          ¿Qué tus padres no aceptasen la relación? –dedujo Elena.
-          No…

Hubo una serie de preguntas más, pero ninguna se acercaba a lo que quería llegar Amelia.
 Llegó a la conclusión que por el camino que iban no lo averiguarían y se propuso decirlo directamente para salir de dudas.

-          Lo peor que pueda pasar es que Alexander la odiase. Que él no quisiese saberse nada de ella. Que cada vez que la viera le pusiera cara de asco, que fuese su enemigo mortal, que no la quisiese ver. Que nunca la quisiese. Cada vez que escuchase el nombre de Eva, le entrase un terrible sentimiento de venganza.
-          A veces me das miedo, Amelia –dijo Alicia, sorprendida por sus palabras.
-          ¿Y como vas a conseguir tu maléfico plan? ¿Y qué tiene que ver con esto Alexander? ¿Él es quién te va a ayudar? ¿Cómo?–le pregunto Elena- Los he visto, y lo último que sentiría por ella sería odio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario